El autocontrol es algo que los niños y niñas aprenden con el pasar del tiempo, es por ello que como padres, madres y/ o tutores normalmente buscamos herramientas efectivas para ayudarles a lograr estar en control de sus sentimientos.
Una de las técnicas mas efectivas con los niños y niñas es la lectura de cuentos, las canciones, juegos de relajación, etc. que les enseñe paulatinamente a lograrlo. A continuación te compartimos un cuento que te puede ayudar mucho en tu hogar o escuela.
LA TORTUGA
La
pequeña Tortuga iba a la escuela cada día más contenta, y se introducía dentro
de su concha cada vez que otros niños le pegaban, le insultaban, le rayaban en
su hoja, o cundo ella se encontraba rabiosa, enfadada sin saber muy bien el
motivo... Su
profesora estaba muy contenta le animaba
a que lo siguiera haciendo y a veces le premiaba.Pero
la pequeña Tortuga en ocasiones se sentía molesta, o se encontraba mal después
de que se metía en su concha y aunque se quedara allí, no desaparecían su molestia.
Ella
quería ser buena llevarse bien con sus compañeros, obtener el premio que a
veces le daban, pero los sentimientos de enfado a veces eran muy fuertes y le
tentaban diciéndole “Pequeña Tortuga, por qué no le devuelves el golpe cuando
la profesora no te está mirando y te quedas tan tranquila...”La Tortuga
no sabía qué hacer, estaba muy desconcentrada, ella quería meterse dentro de su
concha pero estos sentimientos de enfado la tentaban para hacerlo mal.
Entonces recordó a la vieja y sabia Tortuga
que la había ayudado hacía tiempo. Antes de ir a la escuela corrió a la casa de
la enorme Tortuga, se lo contó todo y le preguntó que podía hacer.
Le dijo: Tengo sentimientos de enfado en mi
estómago después de meterme en mi concha. Los sentimientos me dicen que pegue
pero yo no me quiero meter en líos, ¿qué puedo hacer para detener mis
sentimientos de enfado?
A la pequeña Tortuga le gustó la idea. Al día
siguiente cuando fue a la escuela se lo contó a su profesor todo lo que la vieja Tortuga le había
enseñado.
Cuando un compañero le
hizo rabiar se metió en su concha y se relajó, soltó todos sus músculos y se
quedó un ratito fijándose cómo la tensión y los malos sentimientos
desaparecían. La Tortuga
se puso muy contenta, continuó consiguiendo más premios y alabanzas y al
profesor le gustó tanto la idea que le enseñó a toda la clase
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